Planificación fiscal: clave en los negocios

Se acerca el cierre de año fiscal y como de costumbre recomendamos encarar con tiempo la cuestión impositiva. Sí, sabemos que lo último que quieren es saber de nosotros pero los vencimientos no desaparecen porque no los veamos.
Algunas de las ventajas de realizar una planificación fiscal ordenada y anticipada:
Optimización de la carga tributaria: Planificar con antelación permite identificar deducciones, exenciones y créditos fiscales que pueden aplicarse para reducir la cantidad de impuestos a pagar. Esto se traduce en un ahorro significativo, al maximizar los beneficios fiscales disponibles dentro del marco legal.
Mejor previsión y flujo de caja: Al tener claridad sobre las obligaciones fiscales futuras, es posible preparar el presupuesto y gestionar mejor los recursos financieros. Esto mejora el control sobre el flujo de caja, evitando sorpresas o pagos inesperados que puedan afectar la liquidez de la empresa o persona.
Cumplimiento normativo y reducción de riesgos: Una planificación fiscal adecuada minimiza los riesgos de cometer errores o incumplir con las normativas fiscales. Esto no solo evita sanciones y multas, sino que también asegura que las operaciones estén alineadas con las leyes vigentes, reduciendo problemas con las autoridades fiscales.
En definitiva, una buena planificación fiscal es clave para el éxito financiero a largo plazo, tanto a nivel personal como empresarial.
En Aller & Co. contamos con innumerables casos en los que el cliente se hubiera ahorrado dinero si planificaba con antelación sus impuestos. Un cambio en una normativa que hace que convenga cerrar antes o después; un extranjero que se muda a Estados Unidos sin antes vender su propiedad en su país, cuando si lo hacía no pagaba impuestos; negocios que reconocen ingresos o egresos en la medida que los cobran o los pagan, lo que se conoce como accrual and cash basis, y de esa manera pueden diferir su carga impositiva, ya sea como débito o crédito fiscal. En Estados Unidos, por ejemplo, se puede optar entre ambos. Si vendes a plazo reconoces las ventas cuando efectivamente las cobras, dentro del plazo que sea. Lo mismo si compras. Esto es muy relevante porque puede redundar en un ahorro fiscal importante.
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