Los precios de las propiedades están por las nubes, las ventas se han convertido en una suerte de subasta en la que ni siquiera alcanza con ofertar por encima del precio publicado, nada garantiza quedarse con la propiedad.

En el último año los precios del mercado inmobiliario de Estados Unidos aumentaron cerca de un 20%, pero en algunos estados como el de Florida el incremento superó el 25%, y con la particularidad de que el cierre de las operaciones suele darse un 10% por encima del precio. Quien busca hoy comprar una propiedad en la Florida no tiene garantizada la operación hasta el último minuto. Propiedades que hace dos o tres años duraban publicadas un promedio de una semana hoy se venden en cuestión de horas.

Las razones de este fenómeno son económicas y sociales. La económica radica en el  acelerado aumento del índice de precios al consumidor, cercano al 7% anual, algo ínfimo (y hasta deseable) para nuestro país pero preocupante para los niveles de Estados Unidos. La social, en cambio, se apoya en los efectos de la pandemia. Como en toda crisis la  población se volcó a la inversión en bienes tangibles y durables, y sobre todo, disfrutables. A su vez, se produjo un fuerte movimiento migratorio del norte al sur.  Durante la pandemia, alrededor de 1.000 estadounidenses se mudaron por día a la Florida en búsqueda de una mejor calidad de vida, e impuestos más bajos.

Miami, la preferida por los argentinos para invertir, es sin dudas donde más aumentaron los precios.  A las causas antes mencionadas, debemos sumarle en este caso el crecimiento que desde hace años viene viviendo la ciudad, que se fue convirtiendo de un destino turístico a una ciudad empresarial y de vivienda permanente. Con  la reapertura de las fronteras Miami recibió un aluvión de turistas extranjeros interesados en vacunarse pero que también aprovecharon para invertir en propiedades. Hoy la oferta de la ciudad no alcanza para satisfacer a la demanda. Y lejos de tratarse de una burbuja inmobiliaria como en otros tiempos se estima que los precios continuarán consolidándose a medida que la ciudad continúe con su crecimiento. La ciudad que promete convertirse en la Dubái de occidente ya no es para todos. Sin embargo, aún existen grandes oportunidades en las afueras, donde los precios todavía son bajos y los márgenes de capitalización tentadores.