El Estado del Sol se está convirtiendo en un universo que no sólo atrae a empresas de la industria del turismo y el real estate sino también a compañías de finanzas, tecnología y hasta aeroespaciales.
En la última década Florida ha venido ganando protagonismo dentro del mapa económico de los Estados Unidos. No solo ha atraído a miles de nuevos residentes, sobre todo durante y post pandemia, sino también a empresas que deciden mudarse desde otros puntos del país buscando un entorno más favorable para operar.
¿Qué tiene Florida que no tienen otros estados? Para muchos, la respuesta está en una fórmula simple pero poderosa: bajos impuestos, calidad de vida, clima agradable todo el año y un gobierno con políticas orientadas al crecimiento económico.
El presupuesto estatal 2025, recientemente aprobado por el gobernador Ron DeSantis, refuerza ese rumbo. El plan contempla aumentos salariales para empleados públicos, beneficios fiscales para las familias y reducciones impositivas permanentes que alivian tanto el consumo como las operaciones de negocios. Entre las medidas destacadas se incluye una exención del impuesto a los seguros de vivienda por doce meses, así como un descuento del 50 % en los peajes para quienes utilizan con frecuencia las autopistas con sistema SunPass. A esto se suma una inversión sostenida en infraestructura, educación y seguridad, pilares que generan un entorno de confianza para quienes quieren proyectar a largo plazo.
Otro punto que diferencia a Florida de otros estados es su actitud proactiva hacia el sector privado . A lo largo del tiempo, el estado ha demostrado estar dispuesto a ofrecer incentivos para atraer industrias clave como tecnología, finanzas, salud e incluso aeroespacial. Esa predisposición, junto con un sistema legal más amigable y costos operativos relativamente bajos, ha sido clave para que compañías de todos los tamaños —desde startups hasta multinacionales— elijan trasladar sus oficinas, centros logísticos o sedes fiscales al estado.
Un ejemplo muy concreto y reciente es la decisión de SpaceX de trasladar parte de los lanzamientos de su ambicioso proyecto Starship hacia la costa de Florida. La compañía de Elon Musk invertirá unos 1.800 millones de dólares para ampliar sus operaciones en el Centro Espacial Kennedy y en la Estación de la Fuerza Espacial en Cabo Cañaveral. La movida no solo implica mayor presencia de la empresa en el estado, sino también la creación de cientos de empleos altamente calificados y un impacto económico que va mucho más allá de la industria espacial. El primer lanzamiento desde suelo floridano está previsto para fines de este año, lo que confirma el ritmo acelerado con el que avanza esta apuesta.
Todo este escenario convierte a Florida en una opción cada vez más interesante también para inversores internacionales, especialmente para el público latino. La estabilidad institucional, los beneficios fiscales, la cercanía cultural y el crecimiento constante de sectores como el inmobiliario, el turismo y los servicios, hacen de este estado un terreno fértil para quienes buscan resguardar y hacer crecer su capital en Estados Unidos. En definitiva, cuando las grandes empresas deciden mudarse a un lugar, es porque ven oportunidades. Y para los inversores, eso también puede ser una señal clara de hacia dónde mirar.
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