Desde el punto de vista fiscal, lo primero es determinar si nuestro negocio generará lo que  se denomina Effectively Connected Income. De acuerdo con las leyes fiscales norteamericanas, los ingresos efectivamente conectados con Estados Unidos se dan cuando uno genera ingresos de fuente norteamericana. Por ejemplo, cuando uno invierte en un inmueble en USA, es extremadamente claro que uno genera ingresos conectados con Estados Unidos. Esto es así debido a que el inmueble está en suelo norteamericano y uno obtiene una renta a partir de recibir este ingreso. Sin embargo, existen negocios donde uno obtiene un ingreso en Estados Unidos pero no los está generando de fuentes norteamericanas. Tal es el caso de los bienes y servicios que, siendo producidos o brindados desde fuera de Estados Unidos, se venden en Estados Unidos y nos generan un ingreso. La ley fiscal americana nos indica que para estos casos esos ingresos no generan Ingresos Efectivamente Conectados con Estados Unidos, con lo cual, uno no tiene que tributar en Estados  Unidos.
Una vez superada la etapa de la definición del negocio, el segundo paso es tener en claro el objetivo de nuestra inversión. No es lo mismo iniciar un negocio para obtener una alta rentabilidad, para resguardar un capital, o para mudar nuestra residencia a futuro. Hacer negocios en Estados Unidos es sencillo y amigable pero como todo implica esfuerzo, dinero y sobre todo tiempo. Por eso primero debemos definir nuestro objetivo y luego recién analizar las alternativas de negocio que mejor se adecúen a nuestros planes.
El paso siguiente es analizar los estados que ofrecen mejores oportunidades para nuestro negocio. Seguramente, para este momento habrá uno o varios broker inmobiliarios o de negocios que lo estarán asesorando sobre las distintas opciones. Lo importante es no dejarse tentar por la oportunidad de un negocio específico sin evaluar antes las condiciones impositivas que ofrece el estado donde se radicará. Por ejemplo, no es lo mismo invertir en una propiedad en Los Ángeles o Nueva York, donde existe un alto Tax Rate Personal que en la Florida donde la tasa es cero.
Una vez elegido el negocio, el estado y la inversión, el cuarto paso será definir la estructura jurídica que adoptaremos, y las herramientas fiscales que tendremos que considerar para poder estar en lo que se conoce como investment ready. En esta etapa será crucial que entre en juego un buen asesor fiscal, contable y financiero. Los errores que se cometen en esta etapa pueden perjudicar el futuro del negocio.
Finalmente, con todos los elementos sobre la mesa, el último paso será tomar la decisión. Así como el broker le brindará el asesoramiento en materia de inversiones, el asesor fiscal le dará todas las herramientas que le permitirán maximizar la rentabilidad del negocio.
Existen muchos casos en los que la gente primero arma la sociedad, y luego busca la inversión, cuando la realidad es que la estructura elegida va a depender del tipo de negocio que hagamos, el estado donde lo radiquemos, y el monto que invirtamos. Este último, por ejemplo, puede variar considerablemente y tener implicancias en lo que respecta al Impuesto a la Herencia que seguramente con una adecuada planificación fiscal no quede librado al azar.
En conclusión, los errores que cometemos en nuestros primeros pasos afectan la rentabilidad del negocio, y por consiguiente su éxito. Un asesoramiento integral previo puede evitar que tomemos caminos equivocados que nos cuesten tiempo y dinero deshacer.